De vuelta al basurero

Es lo que tiene volver a mi casa. Y no porque esté sucia, que mi madre la tiene como los chorros del oro, jeje, sino porque claro, los findes, por la noche, no estoy en mi casa normalmente, así que me toca irme al basurero. Sí, sí, yo cuando salgo de fiesta en mi pueblo voy al basurero. Tranquilos, que en mi pueblo no tenemos ninguna rara afición por los desechos públicos, pero sí por el botellón.
Hace unos años, debido a las quejas de los vecinos, las autoridades tuvieron la "brillante idea" de mandarnos allí a beber. Lo acondicionaron para ello (15 bancos de piedra, la mayoría destrozados ya), tres farolas (muchas veces fundidas) y allanaron un poco el camino (reza para que un gilipollas no pase a toda mecha a tu lado y te llene de polvo cuando vas de camino). Además, "alguien" de Sanidad fue a verlo y lo dio como válido... O sea, si era inspector de sanidad...en fin... deja mucho que desear...porque un lugar a menos de 20 metros del basurero municipal de una localidad de más de 3000 personas muy pulcro y libre de gérmenes no va a estar... JODER, QUE ESTAMOS AL LADO DE UNA MONTAÑA DE MIERDA!! CÓMO VA A SER ESO SANO!!
(claro que el alcohol tampoco lo es pero esa es otra historia)

Mis amigas y yo al principio nos negábamos a ir al "porqueril" (como decidimos llamarlo cariñosamente), pero al final tuvimos que claudicar y allí nos toca ir si no tenemos otro sitio mejor o si nos queremos relacionar con la gente...porque claro, aquí el botellón puede durar hasta las 4 de la mañana...o más... y los pubs están vacíos hasta entonces, así que ale, todos al porqueril!!
Por suerte, la suciedad, las oleadas de mal olor cuando hay viento y la visión de la montaña de escrementos van perdiendo fuerza según transcurre la noche...y el consumo de copas, claro está.
Mañana será mi primer día allí. Prometo fotos!!!